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«La cualidad de la misericordia no es forzada, desciende como lo hace del cielo la suave lluvia». EL MANTENIDO La diligencia avanzaba por las montañas donde el crudo invierno llegaba ya. Los árboles marcaban su paso, como espectadores indiferentes. ¡SOLO UNA NOCHE! PROFESOR HARRISON, «EL TORDO SIN ALAS» RECONOCIDO ACTOR, ORADOR Y ARTISTA POPULAR Conocí a un viajero. .en una tierra antigua. Quien dijo: «Dos enormes piernas, sin su tronco, se yerguen en el desierto. A su lado, en la arena, semihundido, yace un rostro hecho pedazos. Cuyo ceño y mueca en la boca, y desdén de frío dominio. Cuentan que su escultor comprendió bien esas pasiones. Las cuales aún sobreviven, grabadas en estos inertes objetos. A las manos que las tallaron y al corazón que las alimentó. Y en el pedestal se leen estas palabras: «Mi nombre. .es Ozymandias, rey de reyes: ¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!». Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas, se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas». Y el Señor dijo a Caín: «¿Dónde está tu hermano Abel?». Cuando en dulces momentos de reflexión, convoco en mi recuerdo las cosas ya pasadas. Lloro en soledad mi exclusión y perturbo el sordo cielo con mi inútil lamento. Hace cuatro veintenas y siete años. .y que el gobierno del pueblo, por el pueblo. .y para el pueblo jamás perezca sobre la Tierra. Nuestro festejo ha terminado. Nuestros actores, como ya os dije, eran espíritus y desvanecieron en el aire, en la levedad del aire. Que Dios te bendiga. Y como la base infundada de esta fantasía. Me lo encontré en las calles de Londres. Sin brazos, sin piernas. Palacios. Sin madre ni dinero. .el inmenso mundo, y todo en su regazo, se disipará. Dios te bendiga. .igual que esta vida inútil. Gracias. Una moneda para los artistas. Sin dejar nada atrás. Allá vamos, venga. Por ahí arriba. ¡SOLO UNA NOCHE! PROFESOR HARRISON, «EL TORDO SIN ALAS» Y aconteció que cuando estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató. Y el Señor dijo a Caín: