Busólogos Chilenos
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No lo es. Vamos bien de tiempo. ¿No ha estado antes en Fort Morgan por lo que veo? ¿Yo? No. ¿Y usted? Sí, muchas veces. Transportando cargamento. ¿Es suyo? Tanto como de cualquiera. ¿Verdad, Clarence? Tanto como de cualquiera. ¿Un ser querido? Quizá querido por alguien. ¿No lo conocían? Lo conocimos solo al final. No, no he estado en Fort Morgan. Conozco pocas ciudades. Soy un trampero que vive solo desde hace unos años, pero voy al pueblo de vez en cuando con mis pieles. Las vendo, hablo, me integro, hablo. Hay que seguir integrado, hablar, incluso si llevas una vida salvaje. Así es. Lo que contaba en el pueblo era interesante. Sobre todo en el salón, hasta que me pedían que me fuera a otro lado. ¿Qué sentido tiene eso? Si solo había un salón. El del salón me dijo que era tedioso. ¡Tedioso! Yo. Como si las nuevas que llevaba fuesen tediosas. Bajaba de las montañas tras meses sin apenas hablar con mucho que contar porque guardaba cosas interesantes. Aunque durante muchos años no viví solo. Tuve una consorte, una mujer robusta de los Hunkpapa Sioux. Fue una compañera singular. Pero hay una dama presente. Una vida juntos marcada por el paso de las estaciones y mis sesiones de caza. No le interesaba mucho lo último. Bueno, sus obligaciones eran domésticas. Yo rastreaba y cazaba, y ella tejía junto al fuego. No hablábamos. Ella no sabía inglés y yo no hablaba el idioma de los indígenas. Bueno, he dicho que no hablábamos, pero a veces lo hacíamos, largo y tendido. Cada uno en su propio idioma y sin entendernos nada. Pero es agradable escuchar una voz humana cuando estás en una cabaña en pleno bosque porque de lo contrario solo oyes el silbido del viento o la caída de la nieve de una rama. Bueno, cuando he dicho «sin entendernos nada», no era del todo cierto. Solía entender, por la forma en la que hablaba y por ciertas expresiones faciales, las emociones de lo que decía. Y solía estar enojada conmigo. Casi nunca sabía por qué. Y luego lo dejaba estar. ¿La amaba? Pues no lo sé. Ni siquiera llegué a saber su nombre, pero les diré algo.

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