Radio Cristal Sitio de escucha de radio en línea. Transmisión de radio móvil e ininterrumpida de 24 horas.
Estamos en un impasse. Usted no puede retirarse de la Iglesia a menos que yo lo acepte, y yo no puedo renunciar a menos que usted acepte quedarse. Es un dilema teológico. Usted no entiende. Jamás podría ser yo. En el fondo, sabemos que podría ser usted. La Iglesia necesita cambiar, y usted podría ser ese cambio. No. No. Yo no. Jamás. No podría ser yo. ¿Por qué no? Ya sabe por qué. Leí su expediente. No. El expediente está incompleto. ¿Incompleto? En los años setenta, el gobierno fue derrocado por una dictadura militar. En esa época, me convertí en superior de los curas jesuitas en Argentina. Todos eran sospechosos. Asesinaron a . personas. El que no estaba de acuerdo desaparecía. Esther, mi antigua jefa. Mi amiga. Su hija estaba entre ellos. Muchos sacerdotes eran considerados simpatizantes de la resistencia armada. El Padre Mugica, la voz de los pobres en Argentina, fue asesinado en . Después de él, asesinaron a muchos sacerdotes y monjas. No me enorgullece esa época, Padre. Sentía que mi trabajo era cuidar de mis sacerdotes. Y hablé con Massera, uno de los líderes de la junta. Intenté hacerlo entrar en razón. Ceder. En ese momento, me miró como si fuera un desconocido. Con miedo. Esa fue la última vez que la vi. Ella me advirtió, pero yo no la escuché. De haberla escuchado, no habría cometido los errores que cometí. Pero ellos desobedecieron mis órdenes. Cuestionaron mi autoridad. Mencionó su autoridad. ¿Qué hizo con su autoridad? La usó para salvar decenas de vidas. Está en su expediente. Y escondió a las familias de los sindicalistas en el seminario. Incluso llevó a varios a la frontera. No fue suficiente. No. No para sus hermanos jesuitas. El orgullo me nubló el juicio. Perdieron el derecho a ofrecer misa. Y con eso perdieron la protección de la Iglesia. Yo debía protegerlos. Fallé. No es sencillo encomendarse a la misericordia de Dios. Sé que él tiene la capacidad de olvidar nuestros errores. Dios olvida, pero yo no. Los secuestraron y los torturaron durante meses. Les rompieron las manos. Mis palabras no sirvieron de nada. Fueron palabras vacías.
Comentarios (0)