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Lippe se va en dos días. Quise llamarlo y desearle buen viaje. Mira, padre. Él no quiere irse. Y yo prefiero que no se vaya. ¿Qué puedes hacer? Es su trabajo. De eso quería hablarte. Le ofrecieron ser socio en una tienda de electrónica en el centro comercial nuevo en Ramot. ¿Has estado ahí? No. Necesita una inversión inicial y. Esta es la tienda. Dice que la oferta es seria. Bien, lo intenté. Buenas noches, padre. Nos vemos el miércoles. Nadie dice que sea fácil. Tampoco fue fácil la última vez, pero lo superaste. Es cierto. Entonces, ¿por qué las fantasías repentinas? Lo siento. ¿Qué dijo? Nada. Él te ama. Él me ama. No te preocupes. Algún día, seré tan rico que me pedirá dinero. Ya basta, Lippe. Empaquemos tus cosas. Olvídalo. Niños, él es su nuevo maestro, el rabino Akiva Shtisel. Será su maestro hasta que el rabino Cheshin mejore y regrese nosotros, Dios mediante. Dios mediante. Buena suerte. Gracias. Bueno. Comenzaremos donde dejaron el rabino Cheshin. Me dijeron que llegaron hasta “un buey que corneó a una vaca”. ¿Saben en qué página de la Guemará está? ¿Alguien sabe? Página . ¿Saben por qué? Porque después de que el buey cornea a la vaca, hace. .”mu”. “Mu”. Página . Silencio. ¡Silencio! ¿Cómo te llamas? Rotstein. Tu nombre. Israel. Israel, ve a decirle al director qué le hiciste a la Guemará. Adelante. De prisa. ¿Alguien más quiere ir a la oficina del director? Bien. Abran la Guemará en la página . ¿Le pusiste un tomate? Es interesante, el mío tiene un pepinillo. ¿Qué tiene de interesante? Los mezclaste, torpe. Pusiste los tomates la mayonesa y los pepinillos el queso. Vamos. Dame tu sándwich. Lo solucionaremos. Quizá no sea bueno para esto. Tienes razón. Preparar sándwiches no es fácil. Hablo de ser rabino. ¿Acabas de empezar y ya te das por vencido? Les grité, los amenacé. Incluso mandé a un niño a la oficina de Wasserstein. ¿Mandaste a un niño Wasserstein en tu primer día? No es por Wasserstein, me siento mal por el niño. Lo amedrenté. ¿Quién es el niño? Israel Rotstein. Oy vay. ¿Rotstein? Es huérfano. ¿Y? Yo también lo soy. Un momento, rabino Alexander.
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