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No puedes salir de Estocolmo. Mantente ubicable. Angelo, ¿qué han dicho? ¿Le has contado del ladrillo que fue arrojado por la ventana? ¿Estás bien? Ajá, ¿están listos? Certificados de acciones. Hipotecas del restaurante. ¿Y eso? Pagarés. Joyas. Sí. Eso es todo. Hola. ¿Han encontrado algo? No. No hay testamento. ¿De acuerdo? No, simplemente no lo encontramos. ¿Entonces por qué Aaronsson haría un testamento? No lo sé, Nina, pero nunca lo sabremos. Tenemos que irnos. Yo también. ¿Te quedas? Sí. Buen día, Hjördis. Lamento su pérdida. Gracias. Tu empleo termina ahora, por supuesto. Pero cobrarás todo el mes. Gracias. Nina está allí arriba, le puedes dar las llaves. Buen día. ¿Hjördis? Gracias por todo lo que has hecho por mamá. Hjördis, hola. Lo siento mucho. Muchas gracias. Quiero hablarte de una cosa. Estoy muy feliz de que podamos encontrarnos. Tenemos que hablar de lo que pasó. Sonja, yo. Fue un gran error. Sí. Amo a mi familia. Lo mismo yo. Nina y yo hemos tenido problemas, pero la amo. Ya no tengo que trabajar en DK. ¿Afecta cómo lo hacemos con Björn? No. Está bien. Oí ruidos en la sala de trabajo de la Sra. Helga, así que fui allí. Y allí vi a la Sra. Löwander. ¿Ester? Sí. No le dije nada, no me corresponde, pero yo. Obviamente. Ella estaba precisamente en el escritorio. Creo que la señora Löwander tomó algo de ahí. Al principio pensé tostadas con hongos. A Helga le gustaban mucho. También podría pensar en mantequilla, queso y arenque. ¿Por qué? Es bueno. ¡No! Mejor tostadas con hongos. ¿Y cóctel de camarones? ¡Tostadas con hongos! También pensé en salsa beurre blanc. Cada vez le gustaba más. Al final la servía con huevas de trucha y arvejas dulces. Pienso en filete de ternera al horno que te salía tan bien. Es uno de tus paradisíacos platillos, y gusta mucho. Pero a Helga no le gustaba el filete de ternera. Ella pensaba que era vulgar. “Albóndigas de los nuevos ricos”, decía. Sí, pero es más suave. ¡Si eres tan obstinada, será soufflé de ciruelas para el postre! Soufflé no será. No para personas. ¡Bórralo, porque no habrá soufflé! Estoy enloqueciendo. Si el jubilado me disculpa, tengo trabajo que hacer.
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