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Perdona, abuela. No sabía que tenías visita. Pasa, hija. Esta es mi nieta, Camille. Cariño, el doctor Paul Dupin. Ya conoces a ese. caballero. Claro, señor Gobelin. Decía, señor? Que lo haré con mucho gusto, señora. Para esto me haces invitar a mis amigos? Dar una fiesta para esa mujer de la farándula! Y en mi propia casa. Son negocios. Ni nuevo espectáculo arrasa gracias a ella. Es sensacional. A todo París le atrae. Tendrá que ser sin mí. Oh, no, por favor. Ah, tú. Por qué me tratas así? Soy el superior de Marcel, recuerda. Puedo enviarle un año a China. No osarías.! Tampoco me afecta. Su prometida es Camille. Por mí, que pasen la luna de miel en China. A quién crees que engañas? Marie, sabes que no puedes ocultarme lo que ocurre. Todo te lo tomas a la tremenda. Y tú, nada. Podría hacerte muy feliz. No te faltaría de nada. Debieras pensarlo. Henri, eres un cielo, y te quiero. Pero entremos antes de que me abrumes. Camille, qué demonios.? Doctor Dupin, le presento a Marie Roget y al señor Beauvais, Ministro de Asuntos Navales. Ya nos conocemos. Y el señor Gobelin. Buenas noches a todos. Perdón por el retraso. No importa. Conoces al famoso doctor Dupin? Mucho gusto, señor. Gran trabajo, el de la Calle Morgue. Gracias, señor Vignaux. Me concedes este baile? Con su permiso. Por supuesto. Me permite? Qué hace aquí la policía? Y yo qué sé. No podemos seguir el plan, es muy arriesgado. Qué mejor ocasión tendremos? Habrá que despistarles. Muy bien. Te apetece una copa, cariño? Pues sí. Con permiso. Y a usted? No, gracias. Salgamos. Vino, señorita? Sí. Hay algo que me intriga mucho de usted. Toda mujer es misteriosa hasta que un hombre la desposa. No todas desaparecen y reaparecen como usted. Me interroga oficialmente? No pretendía tal cosa. Pues le ruego que cambie de tema. Brindo por un mutuo entendimiento y una amistad duradera. Salud. Aquí está. Marie, todo dispuesto. Prometiste cantarnos tus nuevas canciones. Desde luego. Disculpe. Bueno, ya han hablado. Qué opina de ella? A decir verdad, aún no logro clasificarla. Por cierto, yo me olvidaría de Camille. Está prometida a Marcel.
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