1000 Christmas Sitio de escucha de radio en línea. Transmisión de radio móvil e ininterrumpida de 24 horas.

El derecho a la vida. Y me resulta paradójico que un país con tales ideales y con tal poder económico, no pueda o no quiera todavía satisfacer las necesidades elementales de alimentación, vestido y vivienda. El señuelo parece haber funcionado. Están al descubierto. Han caído en la trampa. Dicho poder económico y dichos ideales no podrán seguir alimentando unos millones de personas, según una encuesta estatal. Vuestra participación ha terminado. Temperatura: grados no podrán ni vestir ni alimentar millones de personas, incluso produciendo todo ello en abundancia. Aquel que no pueda disponer ni de comida, ni asistencia social y que muera de hambre, tendrá que elegir entre ver a sus hijos morir de hambre o luchar por aquello que necesita. ¡Quedaos donde estáis! ¡Sentaos, cruzad las piernas, manos tras la cabeza! ¡Deteneos! ¡Sentaos con las manos tras la cabeza! Estáis arrestados. Creo que no pueden oírte. ¡Deteneos! ¡No os mováis! ¡Daros media vuelta o disparo! ¡No pueden oírte, espera! Aléjese, tenemos un problema aquí. ¡Deteneos! Cálmese, no pueden oírle. ¡Sentaos! ¡! ¡Coge el fusil! Señor, recemos por el alma de Harold. La violencia es inherente a nuestra sociedad. ¡Compréndanlo! ¡Salid de ahí! El movimiento a temido durante mucho tiempo el realizar cambios radicales y volverse violento. Nos hemos dado cuenta que la violencia es indispensable. ¡Violencia! Violencia Si, la Violencia, Sr. Presidente, debería comprender lo peligroso que es querer ¿Desea usted tomar la palabra? ¡Claro que sí, por supuesto! Entonces, levántese. Debería comprender hasta qué punto se ha exagerado la violencia estudiantil y cómo se ha minimizado la provocada por el sistema. Todos los acusados en este proceso son los cabezas de turco del sistema que defendéis. Harold era poeta. No hay lugar para los poetas en esta cultura. Es complicado guardar la esperanza cuando vemos hasta qué punto la gente pueden llegar a ser inhumanos. Debemos finalizar este interrogatorio. ¿Por qué hacerlo? Yo estoy atada a esta silla. ¿Por qué envías a estos tíos a callarme, que son como perros furiosos? Hay un punto importante del cuál me gustaría hablar No creo que sepa lo que es importante La cláusula de amnistía. Se la voy a leer. Usted firma aquí una promesa voluntaria de «no participar de ninguna forma o «actividad política ilegal o subversiva, «y de no obstaculizar la acción de las autoridades «en el mantenimiento del orden público». Yo soy leal a la gente de este país. A vuestro honor, o a cuál sea vuestro título, no soy leal ni tampoco al gobierno que está contra la gente. ¡Las manos tras la cabeza! ¡No dispare! Diles que no tiren. ¡Dile a esos cabrones que no disparen! No tenemos armas ¡Dile a ese negro que ponga las manos en el aire! ¡Qué te jodan! ¡Esperad, esperad! ¡Hay un equipo de TV aquí! ¡Me da lo mismo quien esté ahí! ¡Ya está! Está de pie. Poned vuestras manos tras la cabeza. ¡Filmad esto! Van a matarnos. Creo que hay una posibilidad de salir de este recorrido y vamos a conseguir llegar. No debemos desesperar y continuar. No tenemos armas. La alternativa consiste en actuar ante esta autodestrucción pasivamente o violentamente.