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Krystyna, ¿cómo se Ilamaba el contramaestre? Ya sabes, el del sauce. Solía decir: «¿Veis este sauce?» Y era un roble. Pero si un contramaestre dice que es un sauce, es un sauce. ÉI y la tripulación subíamos al sauce. Maldita sea. Lo siento. Ahí hay mucha agua. A veces teníamos que estar una hora sentados en el sauce. En el roble. Para nosotros era un sauce, y éI nos ordenaba hacer el cuco. ¿Qué ordenaba? Hacer el sonido del cuco. ¿Y ustedes hacían el cuco? Ese contramaestre no era el hombre más listo que vi en mi vida, pero estaba forjando hombres duros. ¿Estamos navegando hacia adelante? Escupe. En el agua. ¿Para qué? Sí, vamos hacia adelante. También se puede meter el pie en el agua. Por supuesto, pero no se hace. ¿Por qué no? No es agua mineral. Creo que he olvidado la sal. No, está aquí. ¿Es por su esposa? ¿Lo qué? El nombre del barco. Sí. Pero he olvidado traer los pepinos. Su esposa se Ilama Christine. Krystyna. ¿Me has oído? Sí. ¿No habías perdido las Ilaves? No, están aquí. ¿Dónde? Ahí, en la mesa. Toma. No sé si les gustarán. Tengo rábanos picantes. Estupendo. Vamos siempre al campo y nunca se nos había ocurrido. Sí. Yo siempre Io digo, más verduras. Vitaminas. Toma. Gracias, ya tengo. ¿Por qué llevas encima semejante cuchillo? Un cuchillo así es muy útil en la vida. En el bosque, sobre todo. En el agua es inútil, pero. en un bosque, donde tienes que abrirte paso entre la maleza. Navegar sobre el agua es. Bueno, sóIo navegar, no es nada. Pero cuando es uno quien avanza un cuchillo es indispensable. Así es la vida. Es tan infantil. Con un cuchillo es fácil cortarse. ¿Se ha cortado alguna vez? Hay que tener cuidado. Alardear es una tontería. Escucha qué pasó una vez. Un marinero quiso presumir delante de otros. Los otros eran más inteligentes, más educados. Sabían chistes buenos, hacían trucos con las cartas. El marinero, de repente, cogió unas botellas vacías, las rompió contra el suelo, se quitó las botas y se subió a la mesa. Es aburrido, ¿verdad? Hacia el sol. Entiendes, ¿verdad? Enséñeme a hacerlo. Tengo que estar a la caña. Tú no valdrías para mi puesto.
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