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La actividad en los arrecifes de coral, estén donde estén, nunca para. Al amanecer, empieza el turno de día. Acompañado por un coro submarino, creado por peces, camarones y otros habitantes del arrecife. Cada residente de esta ciudad tiene su rol. Los carroñeros, como el pepino de mar, reciclan los desperdicios de los demás. Estos peces loro mordisquean trozos de coral y lo mascan para extraer los contenidos. Y entonces, excretan el resto como arena. Las tortugas verdes, aquí en Borneo, visitan regularmente una área de coral en particular. Esta pequeña hembra se ha despertado pronto y va un paso por delante. Las tortugas recorren grandes distancias por el arrecife para llegar aquí. Este es su destino. La Roca de la Tortuga. Generaciones de tortugas visitantes han dejado un hueco en la parte superior. Aquí viven blénidos y peces cirujano. Limpian a los visitantes quitándoles todas las algas, parásitos y piel muerta que pueden encontrar. Otro cliente está acercándose. Se forma una cola. Los machos grandes se cuelan. Y echan a la hembra pequeña. Da una vuelta rápida al bloque, mientras los otros se están peleando. Y entonces, vuelve a colarse. Así que los limpiadores tienen una comida nutritiva, y sus clientes se libran de parásitos y otros estorbos. Y ahora se cree, que un rincón para mimarse en un puesto de limpieza puede incluso reducir el estrés. Las tierras de Oriente Medio son tan secas y cálidas, que gran parte de su superficie casi no alberga vida. Pero aquí en el Mar Rojo, los arrecifes de coral florecen maravillosamente. Las aguas profundas, son casi igual de ricas en vida que una selva. Algunos animales vienen a los arrecifes solo por el descanso y la relajación. Una familia de delfines mulares, descansa en el arrecife tras una noche alimentándose fuera. Mientras los adultos y los pequeños duermen, los adolescentes parten a explorar. y parece que crean juegos. Podéis llamar a este “atrapa el coral”. Las reglas no son claras del todo. Cogen distintos trozos de coral roto y los dejan caer. Algunos caen rápido. Otros se hunden más lentamente.