La Arrasadora Sitio de escucha de radio en línea. Transmisión de radio móvil e ininterrumpida de 24 horas.
Palabra de honor. Sr. director. Dejé de ser un hombre honesto. ¡Vamos hombre! Soy el guiñol de un prevaricador. Vamos, hombre, vamos. Se lo digo. ¡Se dicen tantas cosas! Amigo mío, ¡Vd. siempre tan paradójico! Pero es obvio que no he inventado las barredoras. La gente debe saberlo y decirlo. ¡Que me lo digan a mí! Diré que veía los planos que hacía en la pizarra de su clase. ¿Los vio? Más o menos. Testifico lo que me pida. ¿Gana mucho dinero? Demasiado. ¡Fantástica respuesta! Es Vd. un hombre extraordinario. Yo ya lo sabía. La de veces que he dicho en mi casa: Es un joven de demasiada envergadura. Acabará yéndose». Y decía ala Sra. Muche: Cuando quiera irse, lo dejaré libre». Fue por pura amistad, querido amigo, que el día que me pidió su libertad, no intenté aferrarme a Vd. Ahora, amigo mío, quisiera hablarle del tema que me preocupa. Soy padre, mi querido Topaze. Y padre infeliz. ¡Y cómo! ¿La Srta. Muche está enferma? Por desgracia. ¿Se interesa aún por ella? Tiene una enfermedad que no perdona. ¿Los pulmones?
Comentarios (0)