Radio Musica Instrumental Cristiana, Emisoras Radio en vivo Colombianas radios online…

Dame un bolígrafo y un papel. Dímelo. Lo recordaré. Es un número del exterior. No lo recordarás. Un segundo. Gracias. Sí. Gracias. ¿No hablaste aún papá? No. No sé. Quizá me preocupo por nada. ¿Viste el abrelatas? Toma. Debe haber llamado esta mañana cuando yo estaba en el almacén. ¿Sabes qué, Ruchami? Apuesto a que nos preocupamos por nada. No tiene sentido. Quizá su avión voló sobre el triángulo de las Bermudas. Muchos aviones se pierden ahí. Ruchami, en serio. No seas tonta. Vengan, mis amados, a saludar a la novia Vengan, mis amados, a saludar a la novia La presencia de Shabat La presencia de Shabat ¡Démosle la bienvenida a la presencia de Shabat! ¡Démosle la bienvenida a la presencia de Shabat! Muy hermoso. Niños, me prepararé una taza de té. Mientras tanto, sigan cantando. Quiero oírlos. Kirshenboim, ¿te aburre el material? No, hablamos sobre lo que estás diciendo. ¿Hablan sobre lo que estoy diciendo? Buenos días. Disculpa, te sorprendí. Hola. No envié la lista de este mes. Está en mi clase. Me ocuparé luego. Hazlo, por favor. Me gustaría sugerir algo muy interesante. Lo dan en el Teatro de Jerusalén el sábado en la noche. ¿Qué dices? Todos los cantores de la sinagoga. Motzen, Muller y Helfgot. Helfgut. Helfgut. Así se llama. Preferiría no hablar aquí, Aliza. En cualquier caso, los cantores de hoy son imitadores. Mediocres. Bien, Sra. Gvili, no se preocupe por nada. Que tenga un buen día. Muchas gracias. Cobarde. Disculpa. ¿Dónde está el gerente? Allí. Me enviaste cuatro palés en lugar de cinco. Encargamos cinco. No es la primera vez, Arie. Hola, soy Weiss. Un momento. Estoy al teléfono. Envíanos lo que falta. Gracias, Arie. Adiós. Hola, soy la esposa de Lippe Weiss. Hablamos algunas veces esta semana. Sí, discúlpeme, Sra. Weiss. Quería hablar usted. Parece que su esposo decidió dejar de trabajar para nosotros. ¿Qué? ¿A qué se refiere? Acaba de irse a Argentina. Sí, tenemos un departamento tres muchachos más. Me dijeron que estaba de pésimo humor cuando llegó. Y después de una hora, tomó su billetera y dijo que estaba cansado. Olvidó su filacteria, su kipá, y se fue. Dicen que oció a una shiksa.