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Lo resolveremos. Entraré un trabajo. Enseñaré hebreo o trabajaré en un banco, y estoy segura de que tienen colegios geniales para israelíes. ¿Y yo? Podrías ser pintor. Claro, pero ¿por qué Londres? Imagina lo pacífico que sería en la luna. Akiva, no es tan disparatado ni complicado como suena. Sólo es tan disparatado y complicado como suena. No lo has pensado bien. Sabes tan bien como yo, que no sucederá. ¿Qué sucederá? No lo sé. Nos quedaremos aquí. ¿Y? ¿Sabes qué? Escucha. Solicitaré un pasaporte ahora, pero tú vendrás migo a ver apartamentos. Entonces lo decidiremos, ¿está bien? Está bien. ¿Está prohibido porque la ley se aplica a una persona u objeto? ¿Me escuchas, Lippe? ¿Ves ese hombre? Eso es lo que tu cuñado quiere ser. ¿Un hombre de negocios? Buena suerte para él. Gracias a ese hombre de negocios estudiamos día y noche. Bien, pero ya que estamos aquí, podríamos también aprender algo. Hasta el rabino Zimmerman lo comprende. Está bien, pero sólo has estado aquí por un mes y sólo has estudiado dos horas en total. Sólo estoy aquí para hacer feliz a tu hermana, lo sabes. Bien, pero ya que estás aquí, haz un esfuerzo. El Talmud de Babilonia y el de Jerusalén difieren en las leyes de higos y pasas que se secaban en los techos. ¿Me veo bien? ¿La barba y todo? Te ves bien, Lippe, pero estamos en medio. ¿Tienes todos los libros de oraciones? Sí. Tráelos al auditorio. Lleven eso al comedor. Buen trabajo. Velvale, ¿por qué no estás en tu práctica de coro? El rabino Pinsker me sacó. ¿Qué? ¿Por qué? Dije algo. ¿Qué quieres decir? ¿Qué dijiste? Dije una mala palabra. Susúrrala en mi oído. ¿Qué? Vuelve a clase. una boca así, no puedes estar en el coro. Pero, abuelo. No intentes manipularme. Para mañana, escribirás el siguiente verso veces: “El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias”. Ve. ¿Te gusta esto? ¿Puedes entrar a Internet? Claro. ¿Quieres ver? ¿Traes esta taminación a la casa? No es taminación. Es Internet, no es nada. ¿Por qué necesitaría Internet un estudiante del yeshivá? Eso era de lo que quería hablarte. Lo pensé mucho, hablé gente inteligente y. .decidí dejar el yeshivá.
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