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Bien, arréglenlo. Dejaremos que los rebeldes esperen al pie de la horca. Mientras, colgaremos a los criminales en el interior de la prisión. Adelante. Nunca más veremos estos rostros. Mañana seremos jóvenes y hermosos. No es nada. Tengo miedo, es todo. Duele, ¿sabes?. ¿El qué? La soga. La soga. He sido valiente mientras tenia amor propio. Pero ahora. Quizá tengan que atarme. ¡John! Morir bien o morir mal. ¿Nunca te has sentido tentada de confesar que eres una bruja? ¿Decir que montabas sobre el palo de una escoba? Es algo tan que ni siquiera sería una mentira. ¿Y si confieso que soy un brujo? ¿Qué dirías? Me desprecias demasiado para contestar. No te desprecio. ¡Tú no desprecias a nadie! ¡Eso es para los demás! Pero seguro que otros me desprecian. Francis, tu marido. Y el joven Corey, cuyo padre murió por mi culpa. Vendrán a ver como me ahorcan. Todos serán ahorcados por mi culpa. Dios no me perdonará, puedes estar segura. Ni Elisabeth. ¿Sabes por qué no quiero morir? Porque soy un miserable. Ahora no me queda nada. Unos años más si confieso. En Nueva York, nadie me conocerá. ¡Me estoy marchitando de no hacer nada! Te agradezco, Señor, haberme dado valor. Sólo ayer, los culpables quedaron desnudos e indefensos. Y mi poder absoluto me asustó. Pero así como la ciudad entera está con ellos, yo sé que estoy en el camino de la justicia. Y acabaré con sus vidas sin remordimiento. Tal como ellos están preparados para acabar con la mía. Ser juez no me asusta, ya que Tú me das esperanzas de convertirme en un mártir. ¿Qué quieres, hija mía? He visto a los ángeles. Déjeme hablar a solas con Proctor, y en una hora tendrá su confesión. Juré que te mataría. Yo fui quien te hizo el mal. Soy más culpable que tú. ¿Por qué es tan puro este cuerpo? ¿Dónde está el mal? ¿Dónde está el mal? ¿Qué quieres? Verte. ¿Te quedarás hasta el final? Entonces, ¿me verás ahorcado? ¿Por qué no? ¿Qué dicen sobre mí? ¿Qué dice Nurse? Sabes muy bien lo que dice. ¿Y los hijos de Corey? Me odian, ¿verdad? No te quieren. ¿Hay alguien que me defienda? Elisabeth pidió perdón a Dios en público por ser tu esposa. Tiene razón. Serás condenado, John.
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