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¿Qué dice usted? A la Sra. Vaughn no le gusta jugar. Eso dice mi esposo. Algunos juegos me gustan. No sé qué vende, pero trabaja con las manos. Está cerca. Tomo un auto normal y lo convierto en uno de carreras. ¿Va a las carreras? Sí. Cuida a un sobrino. El pobre tiene asma y no le queda tiempo. Está mejorando. Me dijiste. A ningún chico de años le gusta estar encerrado, especialmente si se le promete una aventura en el oeste. Sé que no es el típico oeste, pero le gustarán los autos. No sería el único. Me gustaría tener en mi auto un motor mejorado. Será un gusto demostrárselo. Bueno, me alegra verte de nuevo. Llámanos. Lo haré. Me encargaré de la cuenta. Gracias. La llamaré la próxima vez que venga. ¿Ah? Para mostrarle mi motor. Bien, adiós a los dos. ¿Qué ocurre? Estaba a punto de reír. ¿Por qué no se sirve una? ¿Puedo? Por favor. Precioso. Vea mi calendario. ¿Tengo algo para hoy? Tiene una nota aquí que no logro entender. Debo escribirle a mi corredor de bolsa en Chicago. Es un hombre maravilloso, de la vieja escuela. No le gusta mucho escribir, pero nunca se equivoca con las acciones. ¿Su sobrino es un corredor de bolsa? Nada como mi hombre en Chicago. Es un encanto. Me hizo una fortuna. Claro. No conoce la palabra para fiebre del loro, ¿o sí? Psitacosis. Es maravilloso tener un conocimiento enciclopédico. No sabe cómo se deletrea, ¿o sí? PSITA. ¿De quién es ese perro? ¡Chloe! ¡Vete de aquí! ¡No le haga daño! ¿Quién eres? James Vaughn. ¿Dónde está el límite? ¡Jim! Lo siento mucho. Jim ha leído sobre las tierras de los indios, y él. Nos mudamos a la cabaña por meses. ¿Me recuerda? Nos conocimos donde los Lawson. Me llamo Harriet Vaughn. No sabía que la cabaña estaba en alquiler. Pregúntale si Chloe le pertenece. ¿Chloe? Así llamó a la perra. Chloe es un perro callejero. Entonces podemos quedárnoslo. No harás eso, y si esa perra aparece de nuevo, no la animará a quedarse. Espero que eso no fuera una orden, Sra. Marrable. Si no quiere el perro cerca, podemos arreglarlo. No he cuidado con tanto esmero mi jardín para que esa maldita perra vagabunda lo arruine. Los vecinos no siempre congenian de inmediato.

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