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No estoy embarazada, John. Entonces, ¿a que esa mentira? Juraste arrancarme de tu corazón. Quería ver si lo conseguiste. Abie. Perdóname como yo te he perdonado, pero no esperes nada. ¿Nada? Veo el deseo en tus ojos. Sí, el deseo. Porque el cuerpo es una fiera salvaje. Pero no voy a ceder. Todo deseo lleva una promesa. No temas, no voy a intentarlo. No me tocarás hasta que yo no sea la Sra. Proctor. Nunca serás la Sra. Proctor. Sí. Tienes que decir eso. Pero no te preocupes, lo haré por mi cuenta. Mantendrás tus manos limpias. ¿Qué vas a hacer? Déjame pasar, debo buscar a Betty. Es noche de luna llena, John. No es nada, mamá. Una hemorragia nasal. ¿Otra? ¡Jane! No dejes que tu padre te vea. Jane, ¿qué ocurre? Nada. Sólo juegan. Entra. Dame ese pañuelo. ¿Me has oído? ¿Otra vez? Todas las niñas tienen hemorragias. No cuatro veces al día. ¡Ann, puedo verte! ¡Me atrapaste! No quiero que me la quiten. ¿Cómo hiciste enfadar a Dios? ¡Thomas! ¿Es normal seis hijos muertos en ocho años? ¿Entonces? ¿Por qué tiene que ser culpa mía? Tú también has pecado. Mi padre era el más pobre y yo el más rico de Salem. Dios bendijo mi trabajo. Pero ha maldecido tu vientre. Mis hijos fueron asesinados. Tienes enemigos por todas partes. Seguro que has sido embrujado. ¿Por qué enviaste a aquella partera? He visto como mis hijos morían en sus manos. Puedo decirlo. ¡Te digo que no acuses! Tus pecados fueron lo que los mataron. Déjame arreglarte el pelo. ¿Te quedarás a cenar? No. Esta noche hay luna llena y voy a ver a mamá. Tú mamá está en el Cielo. Si, pero la veré. Pero ella está en el Cielo. No podrás. La he visto. Tituba me lo enseñó. Abigail estaba allí. Y Mercy. ¿Mercy, nuestra sirvienta? Estaba allí. Mama me tocó la oreja y me guiñó. ¿No? ¡Una mariposa negra! Ann. ¿Te gustaría ver a tus hermanos? ¿A mis hermanitos muertos? ¿Volviste a verla? Sí, la vi. ¿Qué quería? No era cierto, claro. Eres un crio. ¿Vas a salir, Mary? Voy a ver a mi prima Jane a casa del Sr. Corey. ¿A estas horas de la noche? La granja está cerca. Y hay luna llena. Entonces, vete. Gracias, señora. ¿Nunca más compartiremos cama? Dormiré en el suelo, a los pies de la cama.