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No quiero oír al respecto. Escucha, debes ser listo, debes tener un sistema. Ve a la sala. Hay un bolso negro allí. Tráemelo. ¿Qué hay dentro? Si no lo traes, nunca lo sabrás. ¿Y? Siéntate. ¿Sabes qué es esto? Vamos. Responde en voz alta. Una barra de banana. Sí. Ahora quiero que aprendas una lección importante en la vida. Si un niño. .se comporta excepcionalmente bien, te ayuda en clase, ese tipo de cosas, le das una barra de banana. No tiene que ser la barra entera. Puedes partirla en trozos y darle un poco a la vez. ¿Y si se portan mal? Buena pregunta. Si se portan mal y nada ayuda, recitas el “Leshem Yichud” y les das una bofetada. Creí que no se abofeteaba más a los niños. “Evita la vara.” No hay otro modo. Pero debes tener cuidado. Ni una gota de ira. ¿Me entiendes? Si involucras sentimientos, es muy peligroso. El niño debe sentir que actúas sentido común y que es por su propio bien. No sé si comprendo. De todos modos, me iré a la cama. Buenas noches. Kiva, ven aquí. Ven un segundo. Ven. “Para unir el nombre del Santo, cumpliré el mandato de educación”. ¿Por qué hiciste eso? Mente y corazón. Debes saber cuándo usar la mente y cuándo usar el corazón. Hola, ¿está tu madre? Madre, alguien quiere verte. Hola. Hola, ¿cómo estás, Giti? Bien. ¿Quién eres? Nechama, encantada. La esposa del rabino Ben Harosh, gerente de la fábrica. Hola. El departamento está bastante desordenado. Por favor, espérame en la sala. Ya regreso. Algo huele muy bien. Toma asiento. ¿Cómo estás? Bien. Gracias a Dios. ¿Tienes alguna novedad? Aún no. Mi esposo me tó lo que pasó. Vine a preguntar si llamó o mandó algún mensaje. Aún no. Qué feo. ¿Cómo puede una persona hacer algo así? Gracias por preocuparte. Pobrecita. Es difícil. Lo sé. Pero lo lograrás. Ya verás. Discúlpame. Tonterías. Seré breve. Queremos crear un fondo para ayudarte. Al menos al comienzo. Es discreto, no te preocupes. Solo debo saber cuántos niños tienes. Cinco. Cinco. Debemos entrar al sinvergüenza y hacer que se divorcie de ti. No le digas sinvergüenza. ¡Judíos misericordiosos! ¡Socorro! ¡No se queden al margen! Siete huérfanos gritan ¡y nadie los salva!

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